El único refuerzo

Lejos de la disputa con Maradona, Riquelme se perfila como posible refuerzo de la selección argentina actual. Moción que se acentúa por la afinidad y admiración mutua que comparten con el actual director técnico, Sergio Batista, y por la recordada tarea que se logró llevar a cabo en los Juegos Olímpicos de Pekín (2008), cuando el enganche supo generar una dupla temible con Lionel Messi, el mejor jugador argentino en la actualidad.
En aquel momento, Batista dispuso un dibujo táctico muy parecido al que utilizó hace algunas semanas ante Irlanda: 4-3-3. Repasemos:

• El equipo titular argentino en los JJOO 2008 era el siguiente: Oscar Ustari, Ezequiel Garay, Luciano Monzón, Pablo Zabaleta, Federico Fazio, Fernando Gago, Juan Román Riquelme, Javier Mascherano, Ezequiel Lavezzi, Lionel Messi y Sergio Agüero. Con la única modificación de la salida de Lavezzi para el ingreso de Di María, en las fechas finales.

Este esquema, aunque varíen los nombres, es el mismo que Batista utilizará en los amistosos que restan a jugarse este año y en el proceso de eliminatorias, si es que finalmente persiste en el cargo. Y aquí, las coincidencias:

• Mantendrá los defensores laterales, lejos de improvisar una línea de 4 repleta centrales.
• Dispone un mediocampo capaz de priorizar la posesión de pelota, la horizontalidad, en contraposición de la verticalidad que propone cualquier otro sistema que dependa exclusivamente de las individualidades para convertir. Así, todo indica que Riquelme podría ocupar el lugar de enganche, para jugar con 3 mediocampistas "defensivos" detrás (podrían ser Mascherano, Banega y Gago o Cambiasso o Bolatti) o quizás, ocupar una de esas 3 posiciones de mediocampista central, para darle lugar a otro delantero y que de esta manera, el 4-3-3 sea real.

Por otro lado, una de las falencias que se observaron en el partido ante Irlanda, fue la falta de frescura y precisión a partir de los 3/4 de cancha, cuando la selección atacaba. Aquí Riquelme se convierte en el mejor refuerzo, con la característica de asistidor y de encontrar espacios verdes para habilitar a sus compañeros, pareciera sencillo solucionar el problema.

Es el único refuerzo que puede transformar significativamente el desarrollo del juego de la Selección Argentina, para bien. El resto, podrían ocupar más o menos lugares que si bien son necesarios, no son definitivos para la finalización de las jugadas.