El fútbol

Por suerte, todavía aparece en las canchas, aunque sea muy de vez en cuando, algún descarado carasucia que se sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad (Eduardo Galeano).

domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Y ahora qué pasa?

La derrota ante Tigre abrió un abanico de conjeturas y conclusiones en tierra de Gimnasia: La continuidad del "Proyecto Cocca"; El esquema de juego y la falta de gol; El promedio que no da respiro; El enfrentamiento de la dirigencia y varios grupos de hinchas...

Dentro de la cruda realidad, que es la manera más acertada para analizar un proceso, Diego Cocca se encuentra en falta. Conocido por su papel como Director Técnico de Godoy Cruz en la temporada 2008-2009, los amantes del fútbol pudimos admirar la idea de juego que logró establecer en su equipo. En ese tiempo, con poco hizo mucho. Y quizás el Godoy Cruz actual, que dirige exitosamente Asad, sea en gran medida mérito de Cocca. Pero en la actualidad, desde su llegada al club platense no ha logrado transmitirle un patrón de juego definido a sus jugadores, un patrón de juego que esté por encima de los que entran a la cancha. O al menos es lo que se ve desde afuera, por supuesto.
En ese camino, los jugadores también tienen culpa del momento, quizás la mayor parte. A pesar de las dudas y el posible análisis que se realice sobre si "debe jugar uno u otro", lo único que Gimnasia hizo en las seis fechas del Apertura 2010 es tocar intrascendentemente la pelota en mitad de cancha, sin tener profundidad para generar situaciones de gol. Ni la aparición de un jugador que hace rato es pedido por el hincha, como Juan Neira, con toda una carrera en las divisiones juveniles de la Selección Argentina, pudo generar explosión en el ataque. Y el resultado está a la vista: 0 goles en 6 partidos jugados.
Por último, un destacado aparte para la dirigencia, que debe lidiar en este tiempo en tratar de no generar más imprevistos en el club, porque lo hecho, hecho está. Pero en los últimos meses al mando de la administración de la institución, debe procurar no hacer más daño del que está hecho. Y trabajar desde el silencio, colaborando en lo necesario para darle comodidad a los verdaderos protagonistas.

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