Argentinos derrotó a un River inmerso en una situación crítica.

Tacto y capacidad para manejar los momentos. Eso es de lo que carecen Boca y River, definitivamente. Pero River, trae sobre la espalda una mochila con dinamita, que es la mezcla de 8 años de manejos anormales de la administración del club, de fracasos futbolísticos, de desvalorización de los jugadores y de ventas (y compras) insignificantes. Todo ese salpicón, trajo como consecuencia la situación de que River a partir de la temporada que viene, será el club más comprometido con el descenso. Poca culpa tiene Passarella (poca significa algo, no nada) de este momento crítico, pero al fin y al cabo, el presente plantel es congruente con su política conservadora de no traer jugadores de jerarquía al menos este primer semestre de su gestión.
Ayer por la noche, Argentinos derrotó en el Monumental a los de Astrada, que busca y busca, pero los jugadores no le responden.
Calderón metió un pase bárbaro que el pibe Sosa convirtió en gol. Hubo un penalazo de Ferrero que el árbitro dejó pasar. Y River no atacó. La primera opción de gol llegó a los 35m del PT con un disparo de Funes Mori que se fue afuera. Así fue todo el partido.
Astrada, preocupado, declaró que: "Lo que hace falta no es actitud, es fútbol".
River supo ser un club modelo. Pero en la actualidad, está pasando por uno de los peores momentos de la historia. Y su gente, ansía la recuperación inmediata que parece, hoy en día, imposible.